domingo, 21 de agosto de 2011

Qué lindo sería poder parar el tiempo en ese momento, tan justo, tan sincero, lleno de abrazos y alegrías. Ahí acostados en el pasto, acurrucados, con mucho frío, pero qué importa el frío si te tengo al lado mío. Qué me importa el ruido de los autos de la avenida, qué me importa los perros y la gente corriendo alrededor, si siento tus manos abrazando mi cintura, entrelazadas con las mías.

No sé ni cómo, ni cuándo, ni por qué pasó. Lo que me llena es que pase… con rapidez, pero que pase. El tiempo... qué molesto es el tiempo, todo se acorta cuando te tengo cerca, todo se alarga cuando no estás, pero no importa, porqué sé que estás.

1 comentario: