domingo, 21 de agosto de 2011

Qué lindo sería poder parar el tiempo en ese momento, tan justo, tan sincero, lleno de abrazos y alegrías. Ahí acostados en el pasto, acurrucados, con mucho frío, pero qué importa el frío si te tengo al lado mío. Qué me importa el ruido de los autos de la avenida, qué me importa los perros y la gente corriendo alrededor, si siento tus manos abrazando mi cintura, entrelazadas con las mías.

No sé ni cómo, ni cuándo, ni por qué pasó. Lo que me llena es que pase… con rapidez, pero que pase. El tiempo... qué molesto es el tiempo, todo se acorta cuando te tengo cerca, todo se alarga cuando no estás, pero no importa, porqué sé que estás.

sábado, 20 de agosto de 2011

10 días sin vos.

Y ese orgullo que no nos deja vivir (creo que lo escuché en una canción).

Qué fácil parecen hacerte las cosas a vos. Te extrañé y te extraño, no la compliques más. Esto se arma de a dos, no puedo sola. Es tan cruda tu indiferencia que se siente como golpes en el estómago, no me deja respirar. Extrañame, necesito que me necesites, quiero verte y que quieras verme.

Post-Bariloche (y Vos)

Dormí tranquilo que yo cuido de vos. Tus miedos son absurdos paralelamente con mis ganas de volver. Yo no tengo miedo a volver, solamente tenía ganas de quedarme un tiempito más, con vos, y dormirnos, y acurrucarnos. Pero ambos sabemos que eso no se puede, que el tiempo nos jugó en contra. Quizás más adelante lo puedas entender, por ahora solo queda tu egoísmo y tus caprichos.

Repito: Tranquilo, yo te quiero así.